Carlos Millán, una vida en resistencia

Hoy que la distancia nos duele, que las lágrimas recorren caminos de arrepentimiento, que lo insignificante se vuelve profundo y duradero, que tu ciclo ha terminado, quiero recordar aquellos trazos de tu vida que impactaron más allá de los que te conocimos. Me refiero a tu participación en distintos movimientos sociales.

Carlos Jesús Millán Contreras, también conocido como Charly Hurón, se acercó desde muy joven a la conciencia política. A los 16 años, cuando estudiaba en la Preparatoria 1 en Toluca, empezó a tomar parte de círculos de estudio, reuniones y actividades tanto del movimiento estudiantil que existía en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) como de la Unión de la Juventud Revolucionaria de México. Su vida se entrecruzó con el marxismo, el anarquismo y otras expresiones de rebeldía que siempre le atrajeron y en las cuales hizo puente para tratar de unir causas y posiciones políticas.

Tal fue el caso de sus gustos por el punk, el hardcore y demás movimientos contraculturales, en donde encontraron cabida su rebeldía, solidaridad y colectividad, siendo parte de distintas bandas de música y colectivos.

En el 2012 participó en el Movimiento Yo Soy 132 contra la imposición de Enrique Peña Nieto, que tuvo su particular expresión en Toluca.

Luego, como estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana Lerma (UAM-L), fue parte activa de la lucha por la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, contribuyendo a la organización de su escuela y a la formación de la Asamblea Interuniversitaria que vínculo a ese plantel con otras universidades como la propia UAEMéx. En ese proceso también fue parte de la formación de la Coordinadora Nacional Estudiantil.

En 2016 pasó un tiempo en Chile por motivo de estudios, en donde también se sumó al movimiento estudiantil que luchaba por terminar con el modelo neoliberal de la educación universitaria y vio de cerca el papel de las Federaciones Estudiantiles que organizaban la lucha.

A la vuelta de su recorrido por Latinoamérica, participó en la formación del colectivo Conciencia, Crítica y Acción en 2017, proceso desde el que se articuló una movilización en contra del fraude electoral del 2018, en el Edomex, y se sumó a la resistencia contra la construcción de un paso a desnivel en Paseo Tollocan para beneficio de una entidad privada, Galerías Toluca.

Fue una de las víctimas, el 11 de julio de 2017, del desalojo violento del campamento de Tollocan que se mantenía para exigir la cancelación del proyecto que buscaba eliminar áreas verdes para beneficios privados. Su astucia permitió que, a pesar de los golpes que recibió, pudiera hacerse de un teléfono con el que se identificó que el desalojo fue ejecutado por policías estatales. En respuesta a la movilización solidaria que se dio tras el desalojo, finalmente el proyecto terminó enterrado.

Para el 2018, luego del sismo que golpeó al país, fue parte de la formación de la Brigada Roja Mx AC, que llevó apoyo y solidaridad a la comunidad de Tlalquiltenango en el estado de Morelos.

En 2020 el gobierno priista mexiquense impuso un alza al costo del transporte público. Ante eso se formó el movimiento No al tarifazo Edomex, del cual también formó parte Carlos Millán, poniendo el cuerpo y plantando cara a esta política que convalidó Morena desde la Legislatura, haciendo además denuncias en contra de los activistas que participaron en las movilizaciones.

Durante la pandemia también siguió contribuyendo en este proceso que mantuvo acciones de protesta y solidaridad con distintos sectores, principalmente con la clase trabajadora que sostenía sobre sus espaldas la crisis económica y de salud pública.


Carlos también fue colaborador del Taller Biblioteca La Chispa y aportó a su consolidación en Toluca.

En los últimos años sus horizontes se expandieron, su ímpetu que impactaba como un torbellino inquietante y un espíritu aventurero lo llevaron a Canadá. Sin embargo, no se despegó de lo que sucedía en su lugar de origen y en distintos momentos buscó expresar su solidaridad, proponer iniciativas y explicar su nueva realidad desde la óptica de la lucha de clases, como obrero en un país desarrollado, hace unos meses incluso nos propuso enviar colaboraciones a Todo en Contra para hablar sobre la realidad que veía, -por eso al menos en este homenaje, aquí estás-.

Con errores y aciertos, con contradicciones y luchas como las que tenemos todos, Carlos trazó su vida y siempre la vivió al límite. Sus 30 años fueron muchos más si se revisan todas las experiencias que tuvo y la capacidad para relacionarse y hacer familia en donde estuviera, no tuvo una vida común ni las vacías aspiraciones sociales de abocarse ha hacer dinero y consumir.

Pensar su final lacera porque está lejos de esa alegría que siempre transmitió, porque el sistema capitalista contra el que luchó finalmente le arrancó el deseo de seguir, porque tuvo que elegir una libertad que no conquistó en vida y una reflexión final para todos.
Hasta siempre, compañero.

Fotografias: De redes sociales, recuerdos de sus amistades y camaradas.

3 respuestas a “Carlos Millán, una vida en resistencia”

  1. Gracias por el homenaje. Es mi primo, admiré su constante lucha contra la injusticia y el abuso sistemático, una persona sensible y generosa que tomó un camino contra corriente, con una energía ligera pero rebelde. Quedan los recuerdos que nutren el alma.

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  2. Gracias por compartir y acercar más los andares y logros de alguien tan querido. Fuerza a todos

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  3. Descubrí que te convertiste en alguien más Rocker que yo y eso me hizo feliz. Gracias por tu bondad tan intensa

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