Ecatepec Hardcore: xHasta el finalx

Reportería y fotografía: Eduardo Cordero 

Preliminares: la vieja escuela

Los hermanos. Fotografía: Eduardo Cordero 

Sudor, nudos de puños y piernas que se azotan entre sí; el mosh mece los cuerpos primero y después los revienta en una plétora de ira y júbilo. 

Sobre las duelas de madera del Gato Calavera, un local ubicado en la Colonia Álamos, en la Ciudad de México, suenan los acordes de xTryx, xCambiarx y Traición, algunas de las bandas Straight Edge (en adelante sxe) de México. 

La banda costarricense xNueva Sangrex llega al local acompañada de los dos integrantes de xHasta el finalx, un par de hermanos originarios de Ecatepec, Estado de México. 

Estas agrupaciones son parte del cartel del Edge Day, una celebración nacida en Estados Unidos que recuerda el inicio del movimiento sxe en Washington D.C. en 1981 —a partir del surgimiento de la primera ola de hardcore—, como puede leerse en Una vida sobria para la revolución de Gabriel Kuhn.

La consigna del sxe es simple: no alcohol, no drogas, no tabaco; aunque con el correr de las décadas, se han sumado corrientes como el veganismo, antiespecismo y anarquismo, inclusive tendencias espirituales como el hinduismo. 

Personas de diferentes edades deambulan entre pequeños puestos de comida vegana y parafernalia de la escena: calcomanías, sudaderas, playeras, gorras, etc. Hace 30 años un evento así sería impensable. 

Estoperoles. Fotografía: Eduardo Cordero

Valmiki, un conocido miembro en la escena sxe en México, recuerda el arribo del hardcore: “conocí el sxe en 1994, llevo casi treinta años en esto. En esos años la música me llegaba por casettes que me prestaba un amigo del Sonido Carita, JC. Entonces formé parte de una banda llamada Juventud Positiva”. 

Túnel, un tatuador y vocalista de la banda xCambiarx, también es parte de la vieja escuela. “Llegué al sxe por ahí de 1995. Conocí a Valmiki en los tiempos de Juventud Positiva. Aunque miembros de Atoxxico y Desobediencia Civil tenían miembros sxe, la banda donde tocaba Valmiki era completamente sxe”. 

Continúan arribando jóvenes al Gato Calavera, muchos vestidos de negro y con los brazos tatuados. En la entrada alguien les marca con tinta indeleble una gran X en los dorsos de las manos. El local está teñido por la media luz de un carmín difuso. 

Túnel sigue con sus memorias. “No me gusta romantizar, lo que sí puedo decirte es que hoy veo a gente más comprometida porque tienen mucha información gracias a las redes sociales. Hoy, sólo en la Ciudad de México, somos cinco bandas conformadas por miembros sxe: xHasta el finalx, xTryx, Oponente, xCambiarx y Sin Excusas”, dice en entrevista para Todo en Contra. 

Nueva sangre: jóvenes sxe

La potente voz de Vanessa —vocalista de xTryx y exvocalista de Oponente y Martillo rompe los semblantes serios de los asistentes, algunos cruzados de brazos y con la mirada fija sobre el escenario. 

xTryx destroza la timidez inicial del pequeño grupo que tiene enfrente. Comienzan a desinhibirse y a mover los pies con parsimonia, hasta que la metralla de la guitarra les empuja a lanzar puñetazos al aire y soltar patadas. El sudor comienza a brotar de sus frentes y bañar los ceños fruncidos. 

Los trallazos del hardcore son como repetidos látigos que caen sobre el círculo formado por jóvenes fornidos, quienes bailan silenciosamente o de repente corean estrofas con furia, empuñando el micrófono y saltando desde el escenario. 

Vanessa, vocalista de Try. Fotografía: Eduardo Cordero

Guillermo,  peleador de MMA, lanza patadas al aire, frenéticamente. Originario de Naucalpan, Estado de México, recuerda el pasado: “tengo 32 años y llevo 10 años en esto. Escuché sobre el sxe desde la prepa, pero tuve situaciones complicadas en mi vida que me obligaron a cambiar. Para mí el edge es disciplina y eso me ayuda a pelear”. 

“Yo vengo por mi papá”, dice una joven de 16 años. Su padre debe rondar más de los cuarenta años. Mira hacia el mosh con los brazos cruzados. Además de la vieja escuela, es ya usual la presencia de personas menores de veinte años y hasta de niños en brazos. 

Las redes sociales han potenciado la presencia del movimiento, que siempre tiene nuevos miembros, pero también personas que deciden dejarlo. Frodo y Neca, los dos hermanos de Ecatepec, preparan los instrumentos para iniciar su intervención.

Afinan sus instrumentos y se lanzan miradas, gestos propios de las personas que han desarrollado un lenguaje común.

Comienzan a tocar. La batería compulsiva y una guitarra ensordecedora agitan los cuerpos bañados por la luz roja. El escenario es un yunque y ellos son el martillo. 

Frodo coloca el micrófono en el centro, invitando al desahogo, a rasgar la garganta en un grito. El espectáculo dura poco, la brevedad es una de las características del hardcore. 

Juventud Positiva. Fotografía: Eduaro Cordero

El terremoto

“Un domingo antes del terremoto de 2017, mi hermano y yo empezamos este proyecto”, dice Frodo en una esquina del Gato Calavera. “Debemos hacerlo, dijimos”. 

Enfrente de Frodo está su hermano Neca. Sentados frente a la grabadora, platican entre pausas silenciosas y miradas retrospectivas. El evento terminó y los organizadores están en otro rincón, comiendo tamales veganos y arroz con frijoles. 

“Tuvimos que lidiar desde niños con el alcoholismo, mi hermano y yo. Crecimos mirando. Nuestro padre, al que amamos, representa todo eso. Desde la adolescencia, mi hermano y yo hemos rechazado el consumo”. 

xHasta el finalx ha tocado, desde 2017, en 23 estados del país y en Latinoamérica —Nicaragua, Guatemala, Costa Rica, Chile y Colombia—. Sus letras son producto de la negación del entorno. 

Neca, baterista de xHasta el finalx. Fotografía: Eduardo Cordero

“Participamos en un proyecto llamado Los Garufas. Hacíamos ska-punk y core. Teníamos una canción llamada “Hasta el final”, así que adoptamos ese nombre”, recuerda Frodo. 

“Indiscutiblemente, hay gente en el mundo musical que no se toma en serio la política, pero sin duda hay muchísima gente en el mundo político que se toma en serio la música”, reza la cita de Ian MacKaye, pieza clave del sxe y miembro de Minor Threart.

Los hermanos se toman el asunto personal. “Para mí el sxe es la libertad. No necesito todo lo que me quieran imponer. Lo relaciono también con el veganismo: el vegan straight edge”, declara Frodo. 

Para Neca, “ser sxe es más que una consigna. El sxe es una decisión íntima sobre cómo llevar tu vida y tu día a día. El vegan straight edge es no pasar sobre ningún ser, es una decisión de respeto”. 

Desmontado el escenario y guardados los instrumentos en sus estuches, es difícil pensar que, sobre las duelas donde descansan los hermanos de Ecatepec, se hayan sentido las vibraciones de decenas de tenis y botas machacando el suelo.

Frodo, guitarrista y voz de xHasta el finalx. Fotografía: Eduardo Cordero

“Somos personas que no tenemos auto, vivimos en un municipio de violencia brutal. Entre cuidarnos mutuamente y cuidarnos la espalda del entorno, tratamos de desplazarnos en metro, Metrobús, mexibus o taxi por aplicación para ir a tocar. Buscamos la seguridad, no subimos a la combi porque nos quitan la guitarra”, dice Frodo. 

El local aún reverbera con los instrumentos de otro género. En el piso de abajo hay una tocada Oi!. Atrás quedaron los gruñidos que revolvían frenéticamente a las personas hasta volverlas un todo compacto, un gran abrazo grupal.

Ecatepec espera de vuelta a los hermanos. La ciudad no tiene misericordia con las orillas.  

Nueva sangre. Fotografía: Eduardo Cordero

Una respuesta a “Ecatepec Hardcore: xHasta el finalx”

  1. tremenda historia, reforce mis conocimientos acerca del sxe latino gracias a Valmiki Das prabhu y su fanzine Decisión Personal, mil gracias por la info y aguante México SxE!!!. x👊🏼x

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