
En el corazón del Valle de Toluca cada temporada de lluvias ocurre un fenómeno que pasa casi desapercibido para la mayoría de los ciudadanos: los camellones y pastizales se llenan de flores silvestres que, sin necesidad de que nadie las siembre o riegue, se convierten en auténticos refugios para abejas nativas, moscas polinizadoras, mariposas, escarabajos