Toluca, México; 16 de diciembre de 2025
Mesa de Redacción Todo en Contra
A la comunidad universitaria, a la sociedad y de manera particular al estudiantado de la Facultad de Lenguas de la UAEMex
P R E S E N T E
Mediante este escrito hago pública una denuncia relacionada con hechos de extrema gravedad ocurridos dentro de la Facultad de Lenguas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). Han salido a la luz capturas de pantalla de conversaciones privadas sostenidas vía WhatsApp por integrantes de la administración de dicha Facultad: la directora, Alejandra López Olivera; la subdirectora académica, Alma Leticia Ferado; y el subdirector administrativo, Eduardo de la Rosa.
En estos intercambios se emiten comentarios cargados de desprecio, hostilidad y mofa hacia estudiantes que han participado activamente en el movimiento estudiantil. El contenido de los mensajes revela un discurso violento que trivializa y desacredita las exigencias del alumnado, además de dejar al descubierto una postura autoritaria y vertical, donde los estudiantes son tratados como estorbos o subordinados sin voz legítima.
Este tipo de expresiones resultan inaceptables y se oponen frontalmente a los valores de respeto, pensamiento crítico y diálogo que deberían regir la vida universitaria. Más grave aún, es que en dichas conversaciones se alude de manera directa a posibles actos de intimidación y represalia. Se mencionan herramientas administrativas —como controles académicos, reportes, cuestiones laborales, recursos humanos o incluso instancias legales— con la finalidad de presionar, amedrentar o silenciar al estudiantado. El uso de estos mecanismos con fines punitivos constituye un claro abuso de poder y una forma de violencia institucional. Resulta profundamente preocupante que este tipo de discursos se expresen en espacios privados, mientras que de cara a la comunidad se mantiene una narrativa opuesta, negando conflictos, inconformidades o tensiones existentes.
Esta contradicción erosiona la confianza colectiva y vulnera a la comunidad universitaria. Las y los estudiantes no solo han sido objeto de burlas y descalificaciones, sino también de una sistemática negación de la legitimidad de sus demandas. El movimiento estudiantil no surge del capricho ni de la provocación, sino de problemáticas estructurales que impactan directamente en la vida académica y comunitaria.
Ante este panorama, hago un llamado urgente a la comunidad universitaria y a la sociedad en general para no tolerar ni normalizar estas prácticas. La violencia institucional, el discurso de odio y el uso arbitrario del poder administrativo no pueden tener lugar en una universidad que se proclama crítica, plural y democrática. Esta denuncia tiene como finalidad visibilizar una realidad que ha sido sistemáticamente minimizada: la violencia institucional es real y está presente.
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Esta carta fue enviada a la Redacción de Todo en Contra por un universitario que ha pedido el anonimato por razones de su propia seguridad.
























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