Festivales culturales en el Valle de Toluca 

Opinión

Artilugio polifónico

por Lía Ramírez

Pan y libros (primera de tres partes)

En estos días, en el Valle de Toluca, se desarrollarán tres de actividades culturales: la Feria Internacional del Libro del Estado de México (FILEM), el Festival Internacional Quimera y el Festival Cultural Alfeñique 2025 y, aunque cada uno de ellos tiene historias distintas, en esta edición 2025 parecen compartir características que –a pesar de los esfuerzos que gestores y participantes han hecho desde hace muchos años para hacerlos existir, crear una trayectoria y posicionarse en un buen lugar entre los festivales y ferias nacionales– hoy se desdibujan y permanecen, por decir lo menos, en una extraña inercia.

FILEM 

La FILEM, que en esta edición vuelve al centro de la ciudad de Toluca muestra un programa infortunado que da cuenta no sólo de una organización también infortunada, sino de un probable desconocimiento de para qué podría servir una feria de libro.

Para comenzar, en la organización de la Feria Internacional del Libro de este 2025 la Secretaría de Cultura, según información de la propia secretaría, obtenida vía transparencia, utilizará 6 millones de pesos, esto es 3 millones 776 mil 673 más que los recursos asignados en 2023, antes de que tomara posesión el gobierno morenista de Delfina Gómez. Este presupuesto de mayor a menor se desglosa (extrañamente en algunos casos) de la siguiente manera: 

  • 3 millones 500 mil para cubrir costos del servicio integral que se contrate con personas físicas y morales para la instalación y sostenimiento de exposiciones y ferias.
  • 1 millón 154 mil 400 pesos para espectáculos cívicos y culturales.
  • 355 mil pesos para cubrir los gastos de ceremonias patrióticas y oficiales. 
  • 340 mil pesos para gastos relacionados con actividades culturales, deportivas y de ayuda extraordinaria. Asignaciones destinadas a cubrir los gastos de ayuda extraordinaria que realizan las dependencias y los organismos auxiliares para casos de viudez, orfandad, enfermedad, maternidad, otras prestaciones derivadas de convenios con sindicatos…

Parece que con este presupuesto sería posible organizar ferias del libro que no sean sólo listados de actividades ni ocasiones para comprar libros, sino oportunidades invaluables de conjuntar talentos, promover la lectura, generar vínculos y redes de profesionales de la edición, así como ser escaparate para la promoción editorial local. 

Esta feria, organizada por la Secretaría de Cultura y Turismo, la Universidad Autónoma del Estado de México y el Ayuntamiento de Toluca, según el programa (que dicho sea de paso a horas de su estreno mantenía huecos denominados “evento sorpresa” y las editoriales no conocían aún sus asignaciones en los estands) parece no mostrar una ruta clara para lograr lo que, al menos en el papel, se plantea la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México que es “vincular a la sociedad con el quehacer cultural, turístico y artesanal de la entidad, así como planear, organizar, coordinar, promover, ejecutar y evaluar las políticas, programas y acciones necesarias para desarrollar la cultura, la cultura física, el deporte, y el fomento al turismo y desarrollo artesanal en el Estado de México”. 

¿Cuáles son las políticas, programas y acciones necesarias para desarrollar la cultura en el Estado de México? ¿Esta entidad, con un porcentaje de pobreza de 41.9 %, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, requiere que un creador de contenido, llamado Daniel Santana, quien denigra y discrimina a la población indígena del norte del estado, hable de la difusión cultural en redes sociales? ¿Esta entidad requiere la presentación del libro El sistema de responsabilidades de los servidores públicos, escrito por el titular de la Unidad Jurídica del ayuntamiento de Toluca? ¿Merecen los lectores mexiquenses una promoción turística hecha por un influencer? ¿Cuál es la política editorial del Fondo Editorial Estado de México, principal representante editorial del Estado, qué tipo de contenidos está publicando? ¿Quiénes y con qué elementos se está organizando la edición de esta feria?

En el artículo “La lectura como estrategia de inclusión social en las ferias del libro del Estado de México”, la investigadora Carmina Vivero Domínguez analiza las ferias mexiquenses y menciona que “deben planearse y ejecutarse, además de sus ventas, en relación a objetivos claros destinados a la promoción lectora que vayan firmemente encaminados a la inclusión social y permeen no sólo in situ de la feria, sino en el entorno cotidiano del asistente, ya que estos espacios culturales asumen un papel cada vez más importante en la democratización del acceso a la lectura, por ser un stand o vitrina que posibilita encuentros entre lectores y lecturas.”

Si los proveedores contratados cumplen los acuerdos, esta feria se inaugurará en unas horas, y –aunque sí tiene programados algunos pocos eventos que valen la pena– pareciera que una vez más se perderá la oportunidad de funcionar como una herramienta de comunicación, como una posibilidad para verdaderamente democratizar la cultura y para funcionar como una auténtica política de desarrollo cultural para los mexiquenses. Esperemos a ver cómo transcurre.

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