Ciudad de México; 8 de septiembre de 2025
Sergio Alanís/ Xotxe García
El sábado por la tarde fuimos testigos de la forma en que se construye una polémica. Si bien es cierto que durante los últimos meses los medios hegemónicos de comunicación han hecho una especial cobertura al senador del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña (por no decir de manera coloquial que se han “ensañado” con su perfil público), lo ocurrido alimenta más las sospechas de una estrategia malintencionada de difamación con el objetivo de influir en la opinión pública en contra de él.
Resulta llamativa la cobertura del diario La Jornada, pues a pesar de seguir una línea editorial abiertamente de izquierda, se limitó únicamente a cubrir la agenda propuesta por la derecha: “Las juventudes reclaman la incongruencia ética del senador Gerardo Fernández Noroña por misógino y su carencia de austeridad”, afirmaba al interior del texto, dejando de lado la descripción puntual de los hechos y basándose en declaraciones de asistentes, aunque también hay que señalar que introduce parte del contexto de la clase magistral en la nota. ¿Qué es lo que pasó entonces?
No hay texto sin contexto.
El Instituto Mexicano de la Juventud, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, impulsó la “Escuela de Formación por la Paz y la Democracia”, dirigida (de acuerdo con la convocatoria) a jóvenes con vocación social y política interesados/as en incidir en sus comunidades para la construcción de espacios más justos, democráticos y en paz. La iniciativa está conformada por seis clases magistrales en modalidad virtual y cuatro clases magistrales en modalidad presencial.
Hasta el momento, algunas de las personalidades de la vida pública del país que han participado en estas sesiones son Mario Delgado, secretario de Educación; Julieta Ramírez Padilla, senadora de la República por Baja California; Ramón Jiménez López, director general del Tecnológico Nacional de México; Ariadna Montiel, secretaria de Bienestar en el Gobierno de México; y en la última sesión Laura Itzel Castillo, presidenta actual de la mesa directiva del Senado; Celeste Tossolini, especialista en Política Digital; y Gerardo Fernández Noroña, senador de la República.
El malentendido que dio paso a la polémica.
La participación de Gerardo Fernández Noroña en la segunda sesión presencial de la Escuela de Formación por la Paz y la Democracia se encuentra íntegra en las redes del Instituto Mexicano de la Juventud, disponible en el siguiente vínculo.
La polémica comenzó a partir del minuto 36:44, cuando el legislador hizo un llamado a la juventud a sumar esfuerzos para erradicar toda violencia estructural contra las mujeres en todas sus modalidades, criticó la postura hipócrita de algunos hombres por culpar a éstas de ser las víctimas de sus propias violencias, cuestionando así el argumento del “machismo a la inversa”. Noroña argumentó que ninguna mujer agrede sexualmente a un hombre por “andar provocativo”, solicitando a los “hombres” que levantaran la mano quienes hubieran sido víctimas de violencia sexual por parte de mujeres, inmediatamente negando la posibilidad.
Esto desató una ola de comentarios en la audiencia, manifestando que esas experiencias sí existían, señalando que se estaba minimizando y normalizando la violencia contra los hombres, a lo que Noroña señaló que, a pesar de eso, eran casos excepcionales. Volvió a preguntar si algún varón había sido agredido por una mujer. Luego de que sólo un asistente alzara la misma, respondió que esos casos eran la excepción, pero ante la insistencia de algunos, indicó que se investigara bien la definición de “excepcional” y remató diciendo que no era comparable la violencia estructural que han vivido las mujeres (directa y simbólica) con unos cuantos casos.
Terminada esta última intervención en la que el senador exhortó al debate, se abrió una ronda de preguntas y respuestas en donde la tercera participación correspondió a “una joven estudiante de la UAEM que cuestiona la congruencia de Noroña”. Lo interesante es que la incongruencia principal señalada en el cuestionamiento no se refiere a la supuesta contradicción entre los principios de austeridad impulsados por la Cuarta Transformación y la compra de una casa con valor a 12 millones, sino que fue por la presunta incoherencia entre el llamamiento del senador a erradicar la violencia de género y la supuesta declaración del ex presidente del Senado hacia la senadora Lilly Téllez: “tú no estás para debatir, tú estás para lavar trastes”.
Una hora después de terminada la sesión, tres cuentas distintas en diferentes redes sociales compartieron exactamente el mismo tweet de @JuanOrtiz: “Primero lo señaló de machista, recordándole cuando le dijo a la senadora Lilly Téllez que ‘estaba para lavar trastes’.” A partir de ahí, distintos medios de todo el espectro ideológico hicieron gala de su nado sincronizado, enfocándose en lo dicho por la estudiante en lugar de verificar la acusación.
Así, luego de hacer justamente lo que sugirió el senador y buscar en las actas del Congreso, notas periodísticas anteriores a la fecha y hasta hacer uso de la inteligencia artificial, nos dimos cuenta que Noroña tenía razón: en ningún lado aparece la frase atribuida a Noroña hacia la senadora Téllez, a pesar de que la estudiante afirmara enfáticamente que “estaba en todos los medios”.
Y esta afirmación es curiosa porque representa una de las tácticas falaces más comunes usadas por la derecha a nivel global: asegurar que algo está dicho en todos lados, creyendo de antemano que nadie lo irá a verificar. Lo hemos visto repetido muchas veces por partidos como el PP y Vox en España.
Otro dato curioso es que, al momento de su intervención, la estudiante estaba mirando su celular mientras citaba lo atribuido a Noroña. ¿Qué estaba leyendo? ¿Sus apuntes? ¿Un mensaje de alguien más? ¿Alguna publicación en esos grupos de desinformación por WhatsApp y/o Telegram? Ahí se abre una veta para investigar. Y de la misma forma en que denunciamos el uso desmedido de esta maquinaria de manipulación, en donde la calumnia y la desinformación amenazan la verdad y la democracia misma, es fundamental pensar en las soluciones necesarias para dejar de tolerar la mentira y generar una atmósfera genuina de libertad de expresión y de libre pensamiento.
¿De qué forma cristalizamos en el Estado mecanismos y disposiciones mentales en la sociedad que neutralicen formas comunicativas embaucadoras, adoctrinantes, dirigidas a la polarización, mediadas por la calumnia y el lucro? ¿En qué sentido estos mecanismos y apertura de sentidos comunes abren la posibilidad del diálogo y crítica genuina y permanente sobre temas de interés público como los que abrieron esta polémica?
Todo en Contra 
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