Los recorridos que la rectora Patricia Zarza realiza por los planteles de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) han exhibido el profundo abandono de los espacios educativos, falta de mantenimiento, ausencia de infraestructura básica, fallas en instalaciones prácticamente nuevas, equipo de reciente adquisición en desuso, lo cual representa el incumplimiento de las responsabilidades de directivos y de la Rectoría que solo pueden comprenderse por la vía de la incompetencia o la corrupción.
Esas carencias básicas le han permitido a la rectora palomear de manera inmediata algunos aspectos que podría solventar rápidamente para insistir en el levantamiento de los paros. Sin embargo, no está dispuesta a atender aspectos de fondo pues ni siquiera tiene las condiciones necesarias para evaluarlos.
En su visita del 28 de julio a la Facultad de Medicina, Zarza respondió a la Asamblea de ese plantel que no podía dar respuesta a la solicitud de descontar las colegiaturas hasta en 45 por ciento para el primer semestre de 2026. “No tengo una entrega-recepción del estado financiero y administrativo de la institución, no tengo con toda claridad cómo está nuestra universidad en términos financieros […] no se ha podido hacer la entrega porque… pues… Rectoría está tomada, la entrega que se hizo fue informal al encargado del despacho y a mí, igualmente”.
En ese mismo sentido señaló durante esa mesa de diálogo que no hay condiciones económicas para solventar los comedores subsidiados, demanda que forma parte de las exigencias centrales del movimiento parista.







La respuesta estandarizada de Zarza justificará todas las carencias económicas y por eso el Enjambre Estudiantil Unificado (EEU) y las diversas asambleas tendrán que identificar una ruta de salida clara para esas reuniones, pues se requieren al menos cambios en los procesos de fiscalización y de planeación de los recursos de la institución, a nivel central y en cada plantel, así como una reducción de gastos en lo referente a altos salarios y el financiamiento de medios de comunicación. Además, la comunidad universitaria necesitaría exigir al gobierno federal y estatal un considerable aumento presupuestal en el 2026 para que avancen muchas de sus demandas.
Pero este no es el único aspecto de fondo al que la rectora no podrá dar salida clara en los próximos días. Ese hecho refuerza la petición realizada por el Enjambre de posponer el inicio del semestre. Patricia Zarza no ha anunciado a su gabinete y con ello no hay certeza para la comunidad estudiantil de que quienes lleguen a esas responsabilidades no tengan antecedentes cuestionables ni sean corresponsables del abandono en el que está la universidad. Tampoco hay certeza de que sus actuales enlaces con las asambleas seguirán en esa responsabilidad.
Otra de las demandas que más ha preocupado al estudiantado y es clave para la reactivación de actividades académicas, es la renuncia y/o destitución de directivos, que se ha planteado en al menos seis planteles en paro. De no atenderse esta exigencia se le abriría la puerta a medidas represivas ejecutadas desde los niveles directivos en contra de la comunidad universitaria, y seguiría sosteniéndose una condición de incompetencia y corrupción para el siguiente semestre.
Las reformas al estatuto universitario y a la Ley de la Universidad serán también elementos clave en las mesas de trabajo. Zarza prevé que a más tardar para diciembre se entregue una propuesta de reforma en la Legislatura mexiquense. Sin embargo, dependerá del movimiento estudiantil si se logra democratizar este proceso o las autoridades seguirán incurriendo en los vicios que se presentaron en la elección pasada y en la consulta para la reforma del estatuto.
De manera general el escenario aún se mira cuesta arriba para el estudiantado pues mientras que a las autoridades les conviene que se siga disgregando su fuerza y disminuya su alcance -razón por la que han acelerado una campaña de desprestigio mediático-, la mejor salida para el movimiento estudiantil implicaría sostener el paro, construir una ruta unificada para alcanzar acuerdos con el Consejo Universitario y la Rectoría en torno a las demandas prioritarias del movimiento y posteriormente levantar por consenso los paros.
Mientras tanto todo apunta a que las condiciones para que existan acuerdos reales estarán dadas hasta el inicio del semestre, cuando el periodo vacacional haya concluido y con ello se garantice la presencia de todo el Consejo Universitario, esté presente el gabinete de la rectora y alumnos de nuevo ingreso sean parte de la toma de acuerdos. Se trata de una fuerte presión para el movimiento estudiantil, que será sometido a prueba los próximos días.



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