Crónica de una rebelión en la UAEMéx

Apenas el reloj había marcado las 11 de la mañana y ya decenas de estudiantes se apostaban en las inmediaciones de la Facultad de Medicina, uno de los espacio donde es visible el avance del modelo neoliberal que permitió la entrada del banco Santander a los espacios de la autónoma mexiquense; un banco al que también le entregaron la gestión de becas y hasta de identificaciones universitarias hace unos años.

Ahí podría cobrar sentido la consigna ¡Educación primero al hijo del obrero, educación después al hijo del burgués!, gritada por algunos estudiantes de medicina, quienes en su proceso de organización han cuestionado cómo en las escuelas particulares incorporadas — con las que exrectores han hecho negocios— ingresan estudiantes a carreras altamente demandadas, particularmente la de médico cirujano.

La marcha convocada a un mes del inicio de los paros, en una fecha clave para el proceso de sucesión de rectoría, avanzó en una larga columna para encontrarse con contingentes como el de la Facultad de Planeación Urbana y Regional, donde era director el hoy encargado del despacho, Isidro Rogel Fajardo, plantel que se mantiene en paro, junto con una lista de 19 organismos académicos.

Al final de los contingentes de los planteles en paro se sumaron docentes, egresados, organizaciones sociales y padres de familia, quienes acompañaron la movilización en un acto que rompió con el esquema de las convocatorias anteriores.

Brigadas repartían volantes, daban primeros auxilios, boteaban con la población y cerraban calles; el contingente avanzó tomando Venustiano Carranza en los dos sentidos en dirección hacia Paseo Colón, en contraflujo, desbordando ánimo y energía.

Luego la marcha hizo una parada en el Teatro Universitario de Los Jaguares, lugar donde el Consejo Universitario debía sesionar según una convocatoria firmada por el Isidro Rogel, aunque se canceló esta mañana ante la preocupación de que los universitarios marcharan. Nadie estaba en ese espacio donde el 11 de diciembre de 2019 se cometió el feminicidio de la maestra Sonia Pérez por parte de su exesposo, quien ya había ejercido distintos actos de violencia de género en las instalaciones sin que los protocolos de la universidad funcionaran. El nombre de Sonia se coreó por los estudiantes mientras que el bloque de “las avispas” hacia pintas, quitaba vallas y rompía vidrios.

El contingente siguió avanzando por Gómez Farías, en el fondo el cerro de Coatepec, Ciudad Universitaria, donde ondea una bandera de huelga junto al busto de Adolfo López Mateos, símbolo del viejo régimen que conformó a su imagen y semejanza la estructura universitaria, y desde donde por décadas se articuló el poder del priismo con esquemas verticales y de control, que hoy siguen resistiéndose a cambiar.

A las 12 30 horas, el contingente llegó a la Alameda, en torno a él, las brigadas de boteo se desplegaron y el grito de “la alameda no se pinta” se replicó en el contingente, que avanzó sin tocarla, por unos minutos un joven ondeó, invertida, la bandera universitaria junto al monumento a Cuauhtémoc.

En los portales la decisión era distinta “los locales no se pintan, las columnas sí”, entonces la marca efímera de distintas facultades quedó plasmada. Más tarde, la pintura del Ayuntamiento de Toluca las cubriría, una prioridad desde la llegada del nuevo presidente municipal, tal como con el gobierno de Raymundo Martínez: que la inconformidad no dure en las paredes.

La marcha avanzó en contraflujo sobre Hidalgo para luego dirigirse hacia la Casa del Estudiante, donde jóvenes ya se habían apostado en la parte superior del edificio para hacer repicar las campanas y lograr que los gritos de felicidad estallaran, hubo consignas, se levantaron carteles y se ondearon banderas de huelga, un periodista comentó “ojalá tomen el edificio administrativo, yo estudie en la universidad y no pude terminar, por eso estoy con los estudiantes”.

El contingente se movió unos metros y se apostó en torno al Monumento a la Autonomía Universitaria, ahí un integrante del movimiento hizo un pase de lista a los contingentes presentes e indicó, “no se va a tomar el edificio administrativo, no tenemos ese plan”, luego pidió que las avispas se apostaran en la vanguardia, luego cada contingente tomó su lugar y avanzaron mientras algunas escaleras eran llevadas a donde estaban dispuestas, desde hace semanas, las vallas, quizá ante el temor de que la movilización estudiantil llegara.

Aunque el edificio administrativo se pudo tomar al día siguiente de la entrada de los alumnos a la hoy Casa del Estudiante, los universitarios fueron prudentes, dejaron operar al Consejo para que analizara la situación, sin embargo, se nombró sin consulta y a puerta cerrada al encargado del despacho, se iniciaron los diálogos sin propuestas de salida y se nombró una estructura afín a la administración de Barrera Díaz, además, las candidatas se pronunciaron este jueves para seguir con el proceso, incluso se dio a conocer un presunto intento de Eréndira Fierro de volver a la contienda que muy tarde intento ser desmentido.

Las vallas que fueron la primera respuesta que dieron las autoridades universitarias a los paros resguardaban un edificio vacío, porque el Consejo Universitario y el encargado del despacho prefirieron desaparecer este viernes. El grito estudiantil fue ¡No se va a caer, lo vamos a tirar! Y las vallas cayeron pasadas las 2 de la tarde con el empuje de decenas de jóvenes quienes subieron las escalinatas, sorprendiendo a unos 20 integrantes de Seguridad Universitaria a los que las autoridades dejaron a su suerte, los uniformados ingresaron al edificio y buscaron contener al contingente pero los estudiantes evitaron que se cerraran las puertas. Entonces Seguridad Universitaria decidió usar la fuerza y extintores contra los estudiantes que retrocedieron unos momentos, pero volvieron con más fuerza para romper el bloqueo y echar abajo toda la estructura material y simbólica de control que se mantenía en el edificio, vidrios cayeron, y las pintas “ya llegamos” dejaron claro el mensaje.

Entonces salieron en fila del edificio los integrantes de Seguridad Universitaria manchados por el polvo de los extintores que luego recibieron en su contra, uno tomó su teléfono y dijo: “están adentro, no pudimos, está cabrón”, mientras a unos metros los contingentes gritaban ¡Fuimos todos!.  

¡Nosotros no buscamos diálogo, buscamos solución, que nos arreglen esto, porque sale muy caro estar en paro, sale muy caro sacrificar nuestra educación para que estos putos ganen 100 mil pesos a la quincena! Se gritó en un megáfono casi al cierre de la acción mas fuerte que ha tomado el movimiento universitario, la respuesta fue el silencio, como ha sido a las demandas planteadas desde inicio por los estudiantes: voto universal en el proceso de elección de rector, gratuidad de la educación, comedores comunitarios y una universidad libre de violencia de género, además de sus no negociables que pusieron en el centro este viernes la anulación del proceso de sucesión de la rectoría.

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