Las asambleas estudiantiles como estrategia central

El movimiento estudiantil recibió este 14 de mayo al nuevo encargado del despacho -nombrado por el Consejo Universitario- con 21 facultades, una escuela, cuatro centros universitarios, dos unidades académicas y un Centro de investigación en paro, la Rectoría tomada y un pliego petitorio que, si bien no es el mismo para todos los espacios, ha ganado consenso en la gran mayoría de asambleas que han conformado el Enjambre Estudiantil Unificado. Las autoridades lo conocen de sobra.

Pese a eso, la presentación de la Comisión Especial de Diálogo, el 12 de mayo, se dio sin que se cumpliera la demanda de anulación del proceso actual para la elección de rectora, pues hasta el momento sólo se ha postergado y una aspirante ha declinado. La Comisión no presentó ninguna propuesta de salida a las demandas planteadas de voto universal, gratuidad, comedores subsidiados y erradicación de la violencia de género, y todo apunta a que las autoridades apostarán por un diálogo tramposo que desgaste al movimiento estudiantil.

El mecanismo de designación del rector interino es otra reafirmación de las nulas intenciones del Consejo Universitario de modificar en algo sus procesos verticales, que sólo responden a intereses políticos. No hubo ningún vínculo que permitiera que los miles de estudiantes en paro intervinieran en esa designación. Por el contrario los consejeros estudiantiles avalaron una nueva imposición.

Frente a estás condiciones algunas facultades han empezado a dar el paso de desconocer o pedir la renuncia de los consejeros universitarios estudiantiles, un paso que puede permitir a los estudiantes recuperar su representatividad en la toma de decisiones de la Universidad y llevar adelante el diálogo en otras condiciones.

Pero hay otro aspecto que el movimiento estudiantil podría considerar y ése es la experiencia de otras luchas sociales. Por ejemplo, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que aglutina a miles de docentes del país, iniciará una huelga nacional el próximo 15 de mayo. Esta huelga podría ser histórica porque tiene como objetivo echar abajo la política neoliberal en el sistema de jubilaciones y pensiones, lo cual recuperará su carácter social para millones de trabajadores del Estado. Para lograrlo han establecido una táctica, la movilización-negociación, es decir, aunque previo a la huelga la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum, los ha recibido y prometido cambios, no dejarán de movilizarse hasta que estos cambios sean sustanciales.

Para ello, además de detener las labores, instalarán un plantón en la CDMX y acompañarán estás acciones con marchas, bloqueos y un brigadeo nacional para informar a todos los docentes y a la población en general los motivos de su lucha.

De esta manera se puede ver que la fuerza estudiantil reside no sólo en el paro, sino en la movilización conjunta con la sociedad que paga con sus impuestos la educación, una condición que puede permitir que sus demandas avancen de manera acelerada. Un ejemplo más local al respecto fue el paro de cincuenta días del Tecnológico de Toluca, en el que los padres de familia, dirigidos por los estudiantes, se involucraron para fortalecer la exigencia y la intervención de los distintos niveles de gobierno encontrando salidas a sus demandas, luego de cierres de Paseo Tollocan y múltiples manifestaciones.

La movilización puede cumplir objetivos específicos como lo hizo el 6 de mayo con el cierre de la avenida Tollocan, en Toluca, organizado por los estudiantes de la Facultad de Humanidades y la Facultad de Artes en demanda de la cancelación de las clases en línea y la apertura de salones; en el escenario actual puede demandar al gobierno del Estado el aumento presupuestal de 500 millones de pesos que, ya había señalado el ex rector Carlos Eduardo Barrera Díaz, se requerían para cumplir el mandato constitucional de la gratuidad.

El compromiso de la gobernadora para 2026 podría entonces resolver unos de los puntos del pliego petitorio. Si además se acompaña con la demanda de aumento presupuestal al gobierno federal -que podrían empujar con movilización los planteles del valle de México, más cercanos a Palacio Nacional- y esto se combina con cambios internos en el ejercicio de recursos como el recorte a los altos salarios, dejar de entregar 37 millones de pesos anuales a medios de comunicación -entre otros gastos innecesarios-, todas las demandas básicas de infraestructura podrían quedar resueltas y se podría echar a andar un sistema subsidiado de comedores.

La demanda de voto universal también es posible, aunque personajes como el alcalde toluqueño, el morenista Ricardo Moreno, traten de mentir señalando que los estudiantes sólo quieren el voto universal de ellos, cuando han exigido que sea de toda la comunidad universitaria, o que dicho mecanismo no existe. Ejemplos de universidades con voto universal para la elección de rector están establecidos en la legislación de la Universidad Autónoma Chapingo y la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, estos pueden servir de base para analizar los alcances y posibilidades de la demanda.

Pese a esto la resistencia al voto universal está vinculada con la tradición institucional que se sigue replicando ahora en el Consejo Universitario, donde un solo grupo de poder ejerce un control total de la Universidad.

Atender esta demanda implica reformar el estatuto universitario en un momento en el que los estudiantes tienen la fuerza para empujar cambios estructurales. De ahí la resistencia que mantendrán las autoridades para que esta reforma pueda ser construida entre toda la comunidad universitaria. Sin embargo, ya se ha colocado sobre la mesa de la Asamblea de la Facultad de Humanidades que esta discusión pueda darse en un Congreso Universitario que sería una salida muy distinta a las “consultas virtuales” que realizó el ex rector Alfredo Barrera Baca cuando presentó su reforma, en la que buscaba ampliar el tiempo de mandato del rector.

En este Congreso se arrojaría de manera democrática la propuesta de reforma universitaria para que la Legislatura la apruebe. Así los estudiantes podrían elevar a esa instancia sus demandas de gratuidad, comedores subsidiados y erradicación de la violencia de género.

Por encima de todo, las asambleas

Ahora bien, cuando se mira las experiencias de otras universidades, podemos decir que es utópico pensar que el voto universal resolverá todos los problemas de representatividad y corrupción que ha atravesado la institución, como también lo es pensar que la eliminación de la figura de rector, el cambio de ley o un rector democrático lo harán, pues todo eso ya ha pasado en otras instituciones.

Pase lo que pase en las próximas semanas la única posibilidad de que esto no se siga repitiendo es que las asambleas estudiantiles que hoy tienen en sus manos la institución no desaparezcan sino que con esta experiencia se conviertan en una organización permanente de los centros de estudio, que exija, fiscalice y determine los cambios necesarios en la Universidad para beneficio de las mayorías, desde los planes de estudio hasta las compras de equipo; desde la designación de directivos hasta la administración de los comedores; desde el ejercicio presupuestal hasta el uso de las instalaciones -que pueden mantener, por ejemplo, con cubículos de la organización estudiantil-. Ese es el verdadero poder y triunfo que los estudiantes han conquistado, el reto radica en que lo mantengan.

Deja un comentario