Los dueños del agua: estas empresas acaparan el vital líquido de Toluca

La embotelladora de refrescos Aga, automotriz Chrysler, la maquiladora de ropa Cuidado con el Perro, Óptima y C&A, así como Nestlé, Bonafont, Bimbo, Coca Cola y Cervecería Cuauhtémoc son empresas que controlan las mayores concesiones de agua en Toluca, es decir, se benefician del vital líquido pese a la escasez que viven cotidianamente miles de habitantes en la capital mexiquense.

La escasez

Durante 2024 la escasez de agua se ha normalizado en la mayor parte de Toluca, la población ha debido tomar múltiples medidas como la instalación de cisternas, sistemas de captación de agua,  cambio de hábitos o compra de pipas.

Por ejemplo, los calendarios de Agua y Saneamiento de Toluca de junio para el abasto vía red y a través de pipa están disponibles, evidenciando la mencionada normalización del desabasto. 

Aunque existen condiciones ambientales que explican la reducción del abasto de agua, como el impacto de la sequía en el Sistema Cutzamala, hay una profunda contradicción, pues mientras la población se sacrifica, ni los refrescos, el agua embotellada, la cerveza o algún otro bien de consumo está escaseando.

Las industrias acaparan

Las industrias no se detienen y sí acaparan –en 134 concesiones de agua subterránea– permisos para usar 21 millones 233 mil 176 metros cúbicos de agua al año, el equivalente a lo que necesitan 581 mil 730 personas para vivir si consideramos el cálculo de la Organización Mundial de la Salud relativo a que cada persona requiere 100 litros de agua al día para cubrir sus necesidades.

Dicho en otras palabras, el uso de agua industrial permitiría cubrir las necesidades de 63% de la población en Toluca, un porcentaje que resulta bastante conservador si se toma en consideración que una iniciativa federal del PAN ya han planteado reducir a 50 litros la disponibilidad de agua por persona al día.

Los controles para garantizar que las empresas extraigan la cantidad de agua autorizada son escasos. De acuerdo con el Fideicomiso para el Desarrollo de Parques y Zonas Industriales en el Estado de México (Fidepar), en Toluca se concentran 13 parques industriales, un corredor industrial y una frontera industrial que posicionan al municipio como el quinto con mayor producción industrial en Edomex.

Estas características han comprometido la disponibilidad del agua, que en términos de su distribución por el tipo de uso es muy desigual a la ya de por si criticada distribución presente a nivel nacional, pues de acuerdo con las Estadísticas del agua en México 2021 de la CONAGUA, el uso industrial del agua subterránea en México representa 6.7% del total, mientras que en Toluca alcanza 20.3%, muy cerca de lo que se destina a Servicios (22.1%), –rubro en el que las principales concesiones son para las inmobiliarias– y el uso público urbano –destinado para las viviendas de los toluqueños– alcanza 54 porciento.

La cantidad de agua empleada no es la única preocupación, pues a diferencia de sectores como la agricultura, donde altas cantidades de agua se infiltran y son recuperadas en los mantos acuíferos, el agua empleada por la industria termina contaminada. Basta observar las condiciones en las que se encuentra el Río Lerma, respecto al cual distintos estudios constatan la presencia de metales pesados y múltiples sustancias cancerígenas que provienen exclusivamente de la industria.

Las ocho empresas que más extraen agua de Toluca

Una revisión de los datos entregados por la Conagua, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, permite identificar a las ocho empresas que de manera legal están extrayendo las mayores cantidades de agua en Toluca.

Los grandes pendientes

“El 6 de enero de 1992, se publicó la reforma del artículo 27 constitucional que fue el preámbulo de varias reformas a leyes reglamentarias, entre ellas, la Ley de Aguas Nacionales publicada el 1 de diciembre de ese mismo año, en la que se abrió la posibilidad de que la iniciativa privada y empresas mineras transnacionales incursionaran en el aprovechamiento y distribución de los recursos hídricos de la Nación y transformó su carácter de bien hídrico en un recurso con valor económico que se incorporó al mercado.

”A partir de dicha reforma y de la expedición de la ley reglamentaria en la materia, se distorsionó la naturaleza del agua como bien común, no renovable e indispensable para la vida. Las concesiones y asignaciones del agua, otorgadas a particulares, se han realizado con una lógica mercantilista”.

Lo anterior es un extracto del proyecto de reformas constitucionales que envió López Obrador al Congreso de la Unión el pasado 5 de febrero; en este se muestra la política neoliberal mediante la cual las concesiones de agua en ciudades como Toluca alcanzaron estos niveles de entrega y beneficio a unas cuantas empresas.

La reforma, que es parte del llamado Plan C de López Obrador, tiene por objeto “garantizar el derecho de acceso al agua para consumo personal y uso doméstico, y no otorgar concesiones a particulares en zonas con baja disponibilidad de agua en cantidad y calidad, y solo autorizar asignaciones a entes públicos para el consumo personal y uso doméstico del agua”.

Como puede verse, la reforma controlaría la asignación de más concesiones en acuíferos con baja disponibilidad de agua y obligaría al Estado a garantizar el acceso al agua a la población; sin embargo, esto no significa que se eliminarán las concesiones de agua ya otorgadas ni que desaparecerán las desigualdades entre el acceso al agua de los empresarios y la población.

Además, estas reformas y las leyes aún pasarán por procesos de negociación, en los que hay grandes intereses económicos en juego, una situación que obliga a la población afectada a informarse y exigir que sus intereses sean prioritarios.

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