Por: Lía Ramírez y Miguel Alvarado
Ahí estaba Adán Augusto, el “hermano del presidente”, el otro López, el notario que se hizo millonario al lado de Roberto Madrazo. Parado en la calle de Lerdo, en Toluca, se dirigió a los cerca de 7000 concurrentes -quizá menos- que lo vitorearon desaforadamente. Su camisa clara hacía juego con el pantalón oscuro, que ese día combinaba con su corazón, también oscuro, también pequeño, también enfurecido de tanto no sentir.
Sus enviados le armaron un show digno de él. Así que montaron una avenida sobre esa calle para que paseara y dijera lo que tenía que decir, que realmente no era nada. Al fondo, como si hiciera falta, una pantalla gigante iba registrando su andar por esta historia repleta de corcholatas, contada por un destapador.
Así fue su paso por Toluca. Al viejo estilo del PRI de Peña Nieto, el amo y señor de la Plaza de los Mártires, que practicaba esta acrobacia como gobernador y presidente, Adán Augusto se presentó diciendo que él era la opción más viable para dirigir México.
Y mientras decía eso, le daba la espalda a una carpa que su equipo de avanzada había cubierto con mantas negras primero y con lonas de Augusto después. ¿Y? ¿Qué había en esa caja misteriosa que por más que la disimulaban era como un golpe en el rostro del candidato? Ahí, adentro, estaban las mujeres del colectivo Haz valer mi libertad, que han entablado una lucha contra el Estado mexiquense por la liberación de los injustamente presos.
II
Frente al palacio de gobierno de la ciudad de Toluca, desde hace casi tres meses, hay una reja de herrería que representa la situación de personas injustamente presas en distintos penales del Estado de México.
Se trata de una protesta del colectivo Haz valer mi libertad, cuyas integrantes -familiares y amigos de los reclusos- han buscado visibilizar su situación ante negativa, manifestada en la indiferencia, del gobernador Alfredo del Mazo para no revisar los casos.
La mañana de este sábado 26 de agosto, una mamparas, usadas para el acto político de Adán Augusto, precandidato a la presidencia de México en el 2024 por Morena, cubrieron la reja, encerrando e invisibilizado el movimiento.
Hace apenas un par de días Laidy Plácido visitó el estudio del programa Todo en Contra, un espacio periodístico colaborativo. Ahí, criticó la postura inflexible de Del Mazo y narró la realidad de los injustamente presos que defiende la organización.
La noche del 25, las integrantes del plantón fueron abordadas, dice Lady en entrevista, por César Piña Palacios, quien les preguntó cuánto dinero querían para retirarse. Piña Palacios es operador del precandidato morenista Adán Augusto en el Estado de México y su tono, explica Lady, puede interpretarse como amenazante, especialmente cuando les dijo que era “un hombre de poder”.




Laidy sostiene que la legitimidad de su movimiento y su dignidad no tienen precio. Por eso, negarle a Piña lo que exigía derivó en que el equipo de montaje de la “corcholata” del presidente Andrés Manuel López Obrador, haya encapsulado la protesta y la cubriera con mantas negras.
En el programa de Todo en Contra se abordó el tema de la voluntad política que se requiere para resolver un conflicto de la magnitud de los injustamente presos, porque las irregularidades de sus casos, y de otros muchos, evidencian un patrón que concluye que la cárcel es mayormente para los pobres y no precisamente para los culpables.
A lo largo de varios años, la disposición de Del Mazo para resolver el asunto de los presos no se ve, y el plantón -luego de ser cubierto- tampoco era visible para Adán Augusto, aunque ahí estuviera. Sin embargo, antes de comenzar el acto de promoción, algunos asistentes presionaron para que la reja fuera descubierta, así, en medio de los discursos, la bandera de Haz Valer mi Libertad de “injustamente presos” ondeó.
Laidy afirma que no se moverán hasta tener solución y que Adán Augusto, incluso, podría interceder para que Del Mazo los atienda, dice, además, que su dignidad no está a la venta y que no se moverán porque la protesta no es un delito pero defender la injusticia sí lo es.
Adán se fue como vino. Inconmovible, periférico, peripatético como cualquier otro que busca el poder. Se fue y probablemente no volverá. Laidy y sus compañeras se quedan en la puerta del palacio hasta que consigan abrirla con la fuerza de la razón. Ninguna corcholata será destapada aquí.


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