Una campaña contra los libros de texto gratuito de la “Nueva Escuela Mexicana” –proyecto educativo del gobierno federal– ha sido impulsada por la derecha empresarial en todo el país, con mentiras, llamado a la quema de libros y acciones jurídicas.
Se trata de medidas de presión que buscan adecuar más a su favor el proyecto la autodenominada cuarta transformación, una política que en la forma se presenta como progresista, pero su contenido de acuerdo con el movimiento magisterial está lejos de serlo.
El “virus comunista”
Esta campaña ha sido amparada de la Unión Nacional de Padres de Familia, la cual ha frenado la distribución de los libros. En nombre de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), se han pedido modificaciones, la cancelación de su distribución en los estados gobernados por el PAN y se ha llamado quemar los libros del dirigente de este partido Marko Cortés, asimismo ha habido una manipulación mediática, como la de TV Azteca que “alerta del virus comunista”.
“México está en peligro por un virus que se creía erradicado, el virus comunista”, han repetido en los últimos días los presentadores de noticias de TV Azteca, como Javier Alatorre, el mismo que en medio de la pandemia usó su horario estelar para decirle a la población mexicana “ya no haga caso a Hugo López Gatell” en lo referente a la estrategia sanitaria contra el COVID-19.
Tv Azteca se caracteriza por llevar al absurdo su “análisis” del contenido de los libros de texto; llamando comunista al uso de palabras como plenaria, castellano, comunidad de aula, todes y otros contenidos que son sacados de contexto y están presentes en los libros como parte de la introducción de múltiples perspectivas pedagógicas.
Además los presentadores presentan un profundo rechazo a que se hable de desigualdad, clases sociales, opresores y oprimidos, señalando que se trata de polarización, en un contexto en el que el 10% de los mexicanos concentra 79% de la riqueza del país, y 1% la tercera parte de la riqueza, es decir una realidad que beneficia a una minoría, condición que no quieren que sea cuestionada.
“Virus comunista” fue como llamó al COVID-19 Ernesto Araujo, ministro del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, de manera similar lo hizo Vox en España y medios afines a Trump en Estados Unidos; ahora es el término empleado por la televisora de Salinas Pliego para seguir asociando esta ideología política con una enfermedad peligrosa.
Y es que estos señalamientos no requieren profundidad o análisis, sino recurrir a las emociones para fijar ideas e inducir comportamientos, tal como se ha hecho para que la sociedad asocie Cuba-Venezuela-comunismo-pobreza- y alta de libertad, y que no pasen por su mente los 61 años de bloqueo económico, sabotaje y embargo que ha impuesto Estados Unidos a Cuba o los cerca de 9 años que lleva Venezuela.
Salinas Pliego, propietario de TV Azteca, sigue la ruta de su padre Salinas Price, que financió en los setentas al Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) un grupo estudiantil de choque hecho para «combatir» el comunismo en México, considerado como un membrete de la Organización Nacional del Yunque.
Su vínculo familiar con la ultraderecha y su permanente propaganda anticomunista en sus cuentas personales, da cuenta de una postura que va más allá de un intento de presión al gobierno de López Obrador por los adeudos de más de 37 mil millones de pesos en impuestos que grupo Salinas mantiene y se niega a pagar.
Con lo anterior el empresario ha demostrado que en el marco de la Cuarta Transformación puede adeudar impuestos, insultar, atacar al gobierno federal y pese a todo ser parte Consejo Asesor empresarial del presidente y recibir millonarios contratos.
En enero del 2022 el portal de noticias Sin Embargo documentó que cuatro empresas de Salinas Pliego concentraban en lo que iba del sexenio 130 contratos por más de 3 mil millones de pesos con el gobierno federal, la gran mayoría de adjudicaciones directas.
A estas se suman los contratos por 5 mil 246 millones de pesos en 2020, y 11 mil 491 millones en 2021 que tuvo la empresa Typhoon Offshore, S.A.P.I. de C.V. -también de Salinas Pliego- con Pemex.
Así que más que preocuparse por pagar impuestos, la situación indica que a Salinas Pliego le preocupa que ese “virus comunista” infecte a la sociedad y entonces si sus empresas sean expropiadas.
La gripe de los libros de texto
Pese a que los mensajes de TV Azteca son los más agresivos, no son los únicos que se han emitido por parte de sectores de la derecha contra los libros de texto y la Nueva Escuela Mexicana, ante esto, los representantes del gobierno federal han salido a defender su proyecto y los libros de texto argumentando que fue construido por especialistas y maestros que fueron consultados de manera amplia en asambleas.
Sin embargo la “fortaleza” que reivindica la cuarta transformación, es la principal debilidad del proyecto, pues mientras Marx Arriaga -director de Materiales Educativos de la SEP- señaló el año pasado que un millón de maestros participaron en las asambleas que delinearon la reforma curricular, su versión fue desmentida y cuestionada por maestros y periodistas críticos como Luis Hernández Navarro.
La mayor muestra de este rechazo está en los resolutivos tomados por la Asamblea Nacional Representativa de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el movimiento magisterial más amplio del país, que aglutina a miles de maestros y que el propio López Obrador ha reconocido en distintos momentos por su lucha contra el neoliberalismo.
“En especial, siempre voy a tener presente la gran contribución que significó para la educación pública la lucha de la CNTE, porque si no se hubiese llevado a cabo esa lucha, hubiesen avanzado más los neoliberales en la privatización y tendríamos más atraso educativo, menos gente sin posibilidad de estudiar” señaló el 3 de agosto del 2022.
La CNTE, el pasado 29 de julio en sus resolutivos de su Asamblea Nacional que contó con 170 delegados de diferentes partes del país acordó entre otras cosas lo siguiente:
-Que se mantiene la caracterización que define al gobierno de AMLO como progresista, populista y fiel a la política económica neoliberal.
-Que AMLO ha puesto en marcha estrategias de contrainsurgencia para detener todo tipo de resistencias y luchas contra el gobierno.
-Que la reforma educativa de AMLO no representa una verdadera transformación en lo laboral, administrativo, pedagógico y demás programas educativos, lo que conlleva una ruta de plan de acción para continuar en la exigencia de su abrogación.
-Que la CNTE no puede bajar la guardia ante la imposición de la Nueva Escuela Mexicana y el Marco curricular.
A esto se suma el acuerdo de someter a consulta de sus bases la realización de un paro nacional y el llamado a una jornada nacional de movilización unitaria del 31 de agosto al 3 de septiembre.
El rechazo de la CNTE abre un cuestionamiento al fondo del proyecto educativo, pues si bien los contenidos de los libros de texto pueden presentar elementos de la pedagogía crítica y reivindicar las luchas sociales que eran ocultadas en la historia de México, entre otros aspectos progresistas, no se tuvo el interés ni la capacidad para integrar a este sector magisterial.
Por el contrario, en las “asambleas de consulta” figuraron líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), autoridades educativas estatales y directivos de escuelas, que han hecho un débil pronunciamiento en torno a los libros de texto, sin mostrar el “amplio respaldo” al proyecto que la 4T dice tener. Y es que la situación indica que la derecha está más cerca de tomar las calles que el SNTE de salir a defender el proyecto educativo que avaló.
El rechazo a integrar a la CNTE se dio pese a que la coordinadora cuenta desde hace años con un proceso de construcción y organización de su propuesta de educación alternativa, además de proyectos estatales, como el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) y el Programa Alternativo de Educación para Michoacán.
Se trata entonces de un proyecto que de forma tiene elementos progresistas, pero su contenido no cuenta con movilización social ni el respaldo de quienes han empujado la transformación educativa en México, es decir una gripe para el empresariado, lejana del virus comunista que tendría que traer cambios estructurales en la educación mexicana.


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